Washington, D.C., 14 de junio de 2025 — Con motivo de su cumpleaños número 79, el presidente Donald Trump encabezó un imponente desfile militar en la capital estadounidense, que coincidió con la conmemoración del Día de la Bandera y el 250º aniversario del Ejército de los Estados Unidos. Sin embargo, lo que pretendía ser una celebración patriótica se vio opacado por masivas protestas en todo el país, convocadas en rechazo a las políticas migratorias y el uso del poder federal por parte del mandatario.
El desfile, que se desarrolló en el corazón de Washington, contó con la participación de más de 6 600 soldados, columnas de tanques, helicópteros, paracaidistas y una escenografía bélica pocas veces vista en territorio nacional. Aunque la Casa Blanca insistió en que el evento celebraba exclusivamente la historia del Ejército, muchos lo interpretaron como un acto político-personalista, promovido por Trump en el día de su cumpleaños.
Mientras tanto, miles de ciudadanos salieron a las calles en más de 1 500 ciudades bajo la consigna “No Kings” (Sin Reyes). Las movilizaciones —en su mayoría pacíficas— expresaron su rechazo a lo que consideran un avance autoritario del presidente, especialmente en materia migratoria. Durante las semanas previas, el gobierno federal había ordenado redadas masivas en centros urbanos y desplegado fuerzas militares en estados como California, desatando una ola de indignación y preocupación.

En ciudades como Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Atlanta y Filadelfia, las protestas se convirtieron en actos multitudinarios donde se exigió respeto a los derechos humanos y a la autonomía estatal. “Democracia, no dinastía” y “No hay nación sin inmigrantes” fueron algunos de los lemas más repetidos en pancartas y consignas.
No obstante, también se registraron incidentes aislados. En estados como Minnesota y Virginia ocurrieron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, con saldo de varios arrestos y denuncias de uso excesivo de la fuerza. Algunos organizadores de las marchas denunciaron amenazas previas y obstáculos para obtener permisos, mientras que Trump advirtió días antes que cualquier intento de boicotear el desfile “sería enfrentado con fuerza considerable”.
El contraste entre el desfile de carácter marcial y el clamor ciudadano en las calles dejó claro que, a poco más de un año de las elecciones presidenciales de 2026, la figura de Trump sigue polarizando profundamente a la sociedad estadounidense. Lo que debía ser una celebración nacional terminó revelando la fractura entre el poder federal y buena parte de la ciudadanía.