Aparecen repercusiones por posible cierre del Estrecho de Ormuz

El mercado del petróleo ya ha comenzado a reaccionar. El crudo Brent se cotiza por encima de los 100 dólares y se espera una nueva alza si la amenaza del cierre se concreta. 

A la alza en los precios del petróleo se suman los efectos indirectos: presiones inflacionarias, aumento de tasas de interés por parte de los bancos centrales y un posible debilitamiento del crecimiento económico global.

Expertos consultados por medios financieros internacionales advierten que una interrupción prolongada del suministro afectaría especialmente a países dependientes del petróleo importado, entre ellos India, Corea del Sur y varias naciones europeas. 

También México podría resentir el alza en precios, tanto por su efecto en la inflación interna como en los costos de importación de combustibles y bienes de consumo.

¿Una nueva guerra por el petróleo?

La situación recuerda a episodios anteriores donde la disputa por recursos energéticos ha sido detonante de conflictos bélicos. Sin embargo, a diferencia de otras épocas, la comunidad internacional se enfrenta ahora a un mundo interconectado, donde los efectos de una crisis energética se sienten de inmediato en los bolsillos de millones de personas.

En este escenario incierto, la diplomacia juega un papel decisivo. La intervención de China podría ser la última esperanza para evitar que el conflicto entre Estados Unidos e Irán derive en una nueva guerra por el control de la energía.

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