Estados Unidos ha vuelto a agitar la economía internacional con la imposición de nuevos aranceles. Esta vez se trata del cobre, un metal esencial para industrias como la energía, la construcción y la tecnología. ¿La razón? Oficialmente Estados Unidos pretende fortalecer la producción nacional de cobre.
Pero en el fondo, esta decisión tiene más que ver con política que con economía. Y si bien la medida busca proteger a la industria estadounidense del cobre, sus consecuencias van mucho más allá de lo que parece a simple vista.
¿Qué es un arancel y quién lo paga?
Algunos medios titulan en sus noticias: “Estados Unidos cobrará aranceles a México” o bien dicen “México pagará aranceles a Estados Unidos” pero realmente ¿quién paga los aranceles?
Un arancel es un impuesto que se aplica a los productos importados y quien lo paga directamente es la empresa importadora del país que impone la medida, es decir, la empresa Estadounidense pagará el arancel al gobierno estadounidense.
Sin embargo, la afectación se traslada en cadena: el producto se encarece para el importador de Estados Unidos, por lo tanto comprará menos a México y, en consecuencia, México deja de vender tanto como antes.
Por ejemplo, Estados Unidos ha anunciado que impondrá un arancel al cobre chileno, mexicano y canadiense, eso provocará que el metal entre más caro al mercado estadounidense.
Las industrias que necesitan el cobre deben pagar más por él y tendrán que trasladar ese aumento al consumidor. Al mismo tiempo, los países que exportan ese cobre verán una caída en sus ventas. Es decir, aunque el arancel se cobra dentro de EE.UU., el impacto se siente a ambos lados de la frontera.
El caso del arancel al cobre
Los países que más cobre venden a empresas de Estados Unidos son México, Chile y Canadá, sin embargo el presidente Donald Trump arrancó esta semana con el envío de una serie de cartas a países en las que les informó los aranceles que deberán pagar por los productos que exporten a EU a partir del próximo 1 de agosto.
Sien embargo el secretario de Economía en México, Marcel Ebrard, subrayó que hasta ahora, México no ha recibido ninguna comunicación oficial por parte de la administración de Trump. Los sectores que podrían sentir las consecuencias del arancel de 50 por ciento al cobre son la construcción, la infraestructura energética y la manufactura orientada a la exportación.
México no exporta mucho cobre puro a Estados Unidos, pero el 65 % de las manufacturas que exporta al país vecino utiliza cobre importado de Chile y Perú, el cual podría quedar sujeto al gravamen.
Esta es la razón por la que el secretario Ebrard ha comentado que hará la consulta a Estados Unidos para saber si México será afectado o no.