La natación mexicana acaba de escribir una página dorada en su historia deportiva. En el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos, celebrado en Singapur, la delegación nacional obtuvo su mejor resultado de todos los tiempos: una medalla de oro, cuatro de plata y tres de bronce.
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Siete preseas provinieron de la modalidad de clavados y una más del nado sincronizado, confirmando el gran momento que vive esta disciplina en nuestro país.
El momento más emotivo llegó de la mano de Osmar Olvera, quien rompió dos décadas de hegemonía china en el trampolín individual de 3 metros. Con una ejecución impecable, Olvera superó a los favoritos asiáticos para subir a lo más alto del podio y ser reconocido como el mejor clavadista de la competencia. Su triunfo, más allá del oro, simboliza la madurez técnica y mental de un atleta que supo enfrentar la presión y aprovechar la oportunidad histórica.
Los resultados permitieron a México colocarse en el puesto 12 del medallero general, empatado con Japón, en una competencia dominada por China (15 oros), seguida de Australia y Estados Unidos. Aunque el país se mantiene lejos de las potencias acuáticas en cuanto a volumen de medallas, la calidad y el impacto de las conseguidas han generado un optimismo legítimo.
El reconocimiento oficial no se hizo esperar. Este martes, la presidenta Claudia Sheinbaum recibió en Palacio Nacional a la delegación de clavadistas, destacando su entrega y esfuerzo como ejemplo para todo México. Acompañada por el presidente de la Federación Mexicana de Clavados y medallista olímpico, Fernando Platas, la mandataria reiteró que estos logros son fruto de años de trabajo y del talento de una generación que ha sabido aprovechar el impulso del deporte nacional.
Sin embargo, el éxito no debe adormecer a nadie. Si bien este es un logro histórico, el camino hacia la consolidación internacional de México en la natación es todavía largo. Potenciar el desarrollo de nuevas generaciones, ampliar el alcance de las disciplinas acuáticas en todo el país y garantizar un sistema de entrenamiento y apoyo integral serán claves para mantener y superar lo conseguido en Singapur.
Hoy toca celebrar, sí, pero también redoblar esfuerzos. La meta no es solo haber llegado tan alto, sino permanecer ahí y seguir subiendo.