Israel inicia conquista total de Ciudad de Gaza con operación terrestre

Israel ha puesto en marcha la conquista total de Ciudad de Gaza. Tras semanas de ataques aéreos que dejaron barrios enteros reducidos a polvo, el ejército de Benjamin Netanyahu avanzó ayer con fuerzas terrestres sobre la principal urbe palestina, desoyendo los clamores de la ONU y de millones de voces en el mundo que pidieron detener lo que ya muchos califican como carnicería.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, proclamó que la ciudad quedó “en llamas” y que no habrá marcha atrás “hasta cumplir la misión”. 

Una misión que, traducida en cifras humanas, se cuenta en decenas de cadáveres diarios: solo ayer, la Defensa Civil gazatí reportó 44 muertos, mientras el ejército presumía haber desplazado a casi 40% de la población hacia el sur. Mujeres, niños y ancianos incluidos.

Las imágenes que circulan son de una ciudad en ruinas, en la que la humanidad parece ausente. Naciones Unidas reconoció su impotencia: “carecemos de los instrumentos para establecer una protección efectiva de los civiles, dado que 400 de nuestros empleados han muerto”, lamentó António Guterres, quien además advirtió que Israel no está interesado en negociaciones para un alto al fuego ni en la liberación de rehenes. 

El silencio de Washington y el poder de veto que bloquea cualquier acción internacional parecen haber sellado de antemano la suerte de Gaza.

El contraste golpea la conciencia colectiva: Israel, que alguna vez apeló a la compasión de la humanidad cuando fue víctima del nazismo, ahora desoye esa misma compasión y se vuelve victimario

Investigadores de Naciones Unidas dieron un paso inédito al afirmar que “se está produciendo un genocidio en Gaza”. Navi Pillay, presidenta de la comisión, enumeró cuatro de los cinco actos genocidas definidos por la Convención de 1948 que Israel estaría cometiendo, incluido “matar a miembros del grupo y someterlos deliberadamente a condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física”.

Pero Israel no escucha. “Siempre dicen lo mismo y nunca aportan pruebas”, se defendió su gobierno, mientras los tanques continúan el avance hacia el centro de la ciudad y los misiles caen sobre los últimos bastiones de Hamás

Lo que se olvida es que, en ese mismo fuego, arden vidas inocentes, futuros truncados y un pueblo que resiste desde la desproporción más absoluta.

La historia recordará que el “pueblo elegido de Dios” no supo aprender de su propio sufrimiento y que, tras haber conocido la misericordia, mostró al mundo la crueldad

No será la potencia bélica la que dicte el juicio final, sino la memoria de la humanidad: un pueblo devastado, un enclave reducido a cenizas y una herida imborrable que marcará la historia de las crueldades humanas.

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