
En los últimos meses, distintos organismos de salud y medios especializados han comenzado a llamar la atención sobre un virus que, aunque no es nuevo, durante mucho tiempo pasó casi desapercibido para la conversación pública: el Virus Sincitial Respiratorio (VSR).
Se trata de un padecimiento respiratorio ampliamente conocido en el ámbito médico, pero poco identificado por la población en general, a pesar de que cada año provoca miles de hospitalizaciones, especialmente en bebés y adultos mayores.
Hoy, con la aparición de vacunas específicas contra el VSR y su próxima incorporación al sistema sanitario mexicano, el tema adquiere una dimensión que va más allá de lo clínico y se instala en el terreno de la salud pública nacional.
Este texto no pretende sustituir la opinión médica ni ofrecer recomendaciones personalizadas. Su propósito es compartir, de manera accesible y responsable, la información que se ha dado a conocer sobre el VSR y su vacunación, para contribuir a una conversación informada.
¿Qué es el Virus Sincitial Respiratorio?
De acuerdo con la información difundida por autoridades sanitarias internacionales, el Virus Sincitial Respiratorio es un virus respiratorio altamente contagioso que afecta principalmente las vías respiratorias.
En la mayoría de las personas, la infección se manifiesta como un cuadro leve, similar a un resfriado común. Sin embargo, la experiencia clínica acumulada ha mostrado que en ciertos grupos de población puede provocar enfermedades respiratorias graves, particularmente cuando compromete las vías respiratorias inferiores.
Uno de los rasgos que más llaman la atención del VSR es que no genera inmunidad duradera, por lo que una persona puede infectarse más de una vez a lo largo de su vida.
¿Cómo y cuándo se contagia?
La información disponible coincide en que el contagio ocurre principalmente por tres vías: gotas respiratorias al toser o estornudar, contacto cercano con personas infectadas y mediante superficies contaminadas, ya que el virus puede sobrevivir varias horas fuera del cuerpo.
Diversos reportes indican que su circulación aumenta durante las temporadas frías, cuando las personas pasan más tiempo en espacios cerrados. En México, esto suele coincidir con los meses de otoño e invierno, cuando los servicios de salud enfrentan una mayor demanda por enfermedades respiratorias.
Síntomas y enfermedades asociadas
Los síntomas del VSR pueden variar ampliamente dependiendo de la edad y del estado de salud de la persona.
En niños pequeños y bebés, se ha documentado la aparición de congestión nasal y tos persistente, dificultad para respirar, sibilancias (sonido agudo al paso del aire por los conductos respiratorios) y episodios de apnea (pausa temporal al respirar) en los casos más graves
En adultos mayores, la infección se ha asociado con neumonía, infecciones respiratorias bajas y c9n descompensación de enfermedades crónicas como asma, EPOC o afecciones cardiacas.
En ambos extremos de la vida, estos cuadros pueden requerir hospitalización e incluso cuidados intensivos.
VSR e influenza no son lo mismo
Es importante subrayar una distinción que con frecuencia genera confusión. Aunque el VSR y la influenza pueden presentar síntomas similares, no son el mismo virus ni la misma enfermedad. Cada uno pertenece a familias virales distintas y requiere vacunas específicas.
La vacuna contra la influenza no protege contra el VSR, y la vacuna contra el VSR no sustituye la vacunación antigripal. En temporadas invernales, ambos virus pueden circular al mismo tiempo, por lo que la prevención adecuada implica reconocer esta diferencia.
¿Por qué el VSR es un tema de interés nacional?
Aunque durante años se le consideró un problema estrictamente pediátrico, hoy se reconoce que el VSR representa una carga significativa para los sistemas de salud, particularmente por la hospitalización de bebés y adultos mayores.
Cada temporada invernal, miles de camas hospitalarias se ocupan por cuadros que, según la evidencia reciente, podrían reducirse significativamente con estrategias preventivas más amplias.
En ese sentido, el VSR no solo afecta a las familias, sino también la capacidad operativa del sistema público de salud, el gasto sanitario y la atención de otros padecimientos. Aunque durante décadas no existió una vacuna contra este virus, Eso comenzó a cambiar recientemente.
Las vacunas contra el VSR: lo qué se ha dado a conocer
En los últimos años, distintas farmacéuticas han desarrollado vacunas específicas contra el VSR, las cuales han sido evaluadas por autoridades regulatorias internacionales. La información publicada indica que estas vacunas están dirigidas principalmente a dos grupos estratégicos: adultos mayores y bebés.
Los ensayos clínicos y la experiencia inicial en países que ya aplican vacunas han mostrado que reducen de manera importante el riesgo de enfermedad respiratoria grave, hospitalización y complicaciones asociadas.
Los niveles de protección reportados rondan entre 60 y 70 por ciento o más para enfermedad respiratoria baja grave durante la temporada de circulación del virus.
Otra estrategia que ha sido documentada es la vacunación materna, que permite la transferencia de anticuerpos al bebé durante los primeros meses de vida, cuando el riesgo de bronquiolitis grave es mayor.
Los resultados disponibles señalan una disminución significativa de hospitalizaciones infantiles asociadas al VSR.
¿Quién produce estas vacunas y desde cuándo existen?
De acuerdo con información pública, las principales vacunas contra el VSR han sido desarrolladas por empresas farmacéuticas internacionales, entre ellas Pfizer, GSK y Moderna.
Las primeras aprobaciones regulatorias comenzaron a darse entre 2023 y 2024, tras décadas de intentos fallidos por desarrollar un biológico seguro y eficaz contra este virus.
En la mayoría de los países, el esquema contempla una sola dosis, al menos por ahora, mientras continúan los estudios sobre la duración de la protección.
¿Qué se sabe sobre la situación en México?
En diciembre de 2024, la COFEPRIS otorgó registros sanitarios para vacunas contra el VSR, tanto para adultos mayores como para vacunación en el embarazo, con el objetivo de proteger a bebés durante sus primeros meses de vida.
Durante 2025, autoridades de la Secretaría de Salud han señalado públicamente que el biológico fue priorizado y se encuentra en proceso de adquisición, con la intención de incorporarlo a las estrategias nacionales de vacunación.
Hasta ahora, no se ha anunciado una fecha exacta de inicio a nivel nacional, pero la información disponible apunta a su implementación en la temporada invernal, una vez completados los procesos logísticos.
La información pública sugiere que la vacuna será importada, como ocurre con otros biológicos de nueva generación, y que su aplicación se enfocará inicialmente en mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, conforme se definan lineamientos finales.
Una decisión sanitaria con impacto social
El caso del Virus Sincitial Respiratorio muestra que no todas las amenazas a la salud pública son visibles o espectaculares. Algunas, como esta, han estado presentes durante décadas, afectando de manera silenciosa a los sectores más vulnerables.
La llegada de la vacuna no elimina el virus, pero abre la posibilidad real de reducir sufrimiento evitable, hospitalizaciones y muertes prevenibles. La discusión de fondo no es si el VSR existe —eso está documentado desde hace años—, sino qué tan rápido y con qué equidad se logrará traducir la evidencia científica en acceso efectivo para la población que más lo necesita.










