El Estrecho de Ormuz, ubicado entre Irán y Omán, es una de las rutas marítimas más vigiladas del mundo. Por allí pasan diariamente cerca de 17 millones de barriles de petróleo, así como una cantidad significativa de gas natural licuado.
Cualquier intento de interrumpir ese tránsito podría generar reacciones militares de gran escala por parte de Estados Unidos y sus aliados, lo cual agravaría aún más el conflicto regional.
Desde el ataque conjunto de Estados Unidos e Israel contra las instalaciones nucleares iraníes, la tensión ha ido en aumento. Irán ha prometido responder con contundencia y ha reforzado su presencia militar en la región.
Mientras tanto, la OTAN y otras alianzas occidentales evalúan escenarios para garantizar la seguridad del paso marítimo, incluida la posible escolta de buques petroleros por fuerzas multinacionales.