Cómo es que nuestro cuerpo genera calor

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¿Alguna vez te has preguntado por qué sentimos calor incluso cuando hace frío? La respuesta es sencilla pero sorprendente: nuestro cuerpo fabrica su propio calor. Esa capacidad nos permite mantenernos vivos, activos y adaptarnos a diferentes climas.

La energía que viene de los alimentos

Todo comienza con lo que comemos. Los alimentos se transforman en energía dentro de nuestro cuerpo. Una parte de esa energía la usamos para movernos, pensar o respirar, y otra parte se libera en forma de calor. Así, cada comida es también “combustible” para mantener la temperatura del cuerpo.

Los músculos: nuestros radiadores

Cuando hacemos ejercicio sentimos calor porque los músculos, al moverse, producen más energía de la normal. 

Incluso cuando estamos quietos, los músculos generan calor para ayudarnos a mantenernos tibios. 

Y si hace mucho frío, el cuerpo tiene un truco: el temblor. Al tiritar, los músculos se mueven rápidamente y fabrican calor extra.

Una grasa especial

Además de los músculos, tenemos un tipo de grasa llamado grasa marrón, que actúa como una estufa natural. Quema energía solo para producir calor. Los bebés la tienen en mayor cantidad porque necesitan más protección contra el frío, pero los adultos también conservamos un poco.

El cerebro como termostato

En nuestra cabeza está el hipotálamo, una parte del cerebro que funciona como un termostato. Detecta si tenemos demasiado calor o demasiado frío y manda órdenes al cuerpo: sudar para refrescarnos o tiritar para calentarnos.

El calor como defensa

Tener calor no siempre es malo. Por ejemplo, cuando tenemos fiebre, el cuerpo eleva la temperatura a propósito para dificultar que los virus y bacterias se reproduzcan. Es una forma natural de defensa.

Una máquina increíble

En resumen, el calor que sentimos no viene solo de afuera: lo fabricamos en cada célula, con cada movimiento y con la ayuda de nuestro cerebro. Gracias a este proceso podemos vivir en lugares fríos, soportar el calor del verano y mantener la temperatura que nos permite estar sanos.

Nuestro cuerpo es, en verdad, una estufa maravillosa que nunca deja de funcionar.

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