¿Cómo se aprueba una ley en México?

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Un recorrido cultural por el camino legislativo

Entender cómo se aprueban las leyes en México no solo es un tema de especialistas, también es parte de la cultura ciudadana. Las normas que nos rigen pasan por un proceso definido en la Constitución, con reglas que aseguran debate, revisión y consenso.

El camino de una ley ordinaria

Cuando se propone crear o modificar una ley secundaria, el procedimiento sigue siete pasos básicos:

  1. Iniciativa: la propuesta puede venir del Presidente, legisladores, congresos estatales o la propia ciudadanía mediante la figura de “iniciativa ciudadana”.
  2. Discusión: la cámara de origen analiza y debate.
  3. Aprobación: si obtiene mayoría simple (la mitad más uno de los presentes), se envía como minuta a la otra cámara.
  4. Revisión: la cámara revisora aprueba, modifica o rechaza.
  5. Devolución: si hay cambios, regresa a la cámara de origen.
  6. Sanción: una vez acordado el texto, se envía al Presidente.
  7. Promulgación y publicación: el Ejecutivo promulga el decreto y se publica en el Diario Oficial de la Federación.

En la mayoría de los temas, cualquiera de las dos cámaras puede ser el punto de inicio. Sin embargo, hay materias exclusivas: los Diputados siempre deben ser cámara de origen en asuntos de impuestos y presupuesto, mientras que el Senado lo es en temas de política exterior.

Cuando se trata de la Constitución

Si el cambio no es a una ley secundaria sino a la Constitución, el proceso es más exigente:

  • Se requiere mayoría calificada en ambas cámaras (dos terceras partes de los votos).
  • Además, al menos 17 de los 32  congresos estatales deben aprobarlo.

Solo después de estos pasos la reforma pasa al Presidente para su promulgación y publicación.

La voz ciudadana también cuenta

Aunque parezca lejana, la ciudadanía también tiene el derecho de iniciar leyes o reformas, incluso constitucionales. Para ello debe recurrirse a la iniciativa ciudadana, que exige el respaldo del 0.13% de la lista nominal de electores, es decir, cientos de miles de firmas verificadas por el INE. Una vez validada, el Congreso está obligado a discutirla como cualquier otra propuesta.

Cultura legislativa para todos

Conocer estas reglas no significa volverse experto en derecho, sino entender cómo se toman decisiones que afectan la vida de todos. Saber qué cámara inicia qué, qué mayorías se requieren y que también la ciudadanía puede proponer, nos recuerda que el poder legislativo no es ajeno: es parte de la vida democrática.

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