El regreso del ascenso y descenso: aire fresco para el futbol mexicano

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9 de septiembre de 2025

El futbol mexicano se prepara para un cambio trascendental. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ha confirmado que el sistema de ascenso y descenso regresará en la temporada 2026-27, poniendo fin a seis años de un modelo que, en palabras de muchos protagonistas, había sumido al balompié nacional en un “estancamiento mental”.

La medida no solo reordena la estructura competitiva, sino que también devuelve la esencia deportiva a un campeonato que en los últimos años fue blanco de críticas por la falta de consecuencias para los equipos de bajo rendimiento.

Competitividad en lugar de conformismo

El retorno del ascenso y descenso es más que una formalidad administrativa: es la recuperación de un principio básico de justicia deportiva. Cuando los clubes saben que una mala planeación puede costarles la categoría, se ven obligados a trabajar con seriedad, invertir en sus fuerzas básicas y competir cada fin de semana.

Por otro lado, las escuadras del circuito de Expansión recuperarán la ilusión de pelear por un lugar en la élite, lo que eleva la intensidad del torneo y mantiene vivas a sus aficiones. El futbol mexicano necesita esa tensión, esa competencia natural que no se compra con patrocinios ni con proyectos financieros.

La voz de los protagonistas

Uno de los que aplaudió el anuncio fue Mario García, entrenador de los Mineros de Zacatecas. El técnico, con experiencia en Atlante y títulos en el circuito de plata, aseguró que la falta de ascenso y descenso había provocado un daño invisible pero profundo:

“Creo que la falta de descenso provocó un cierto estancamiento mental. No sentir que si se hacen mal las cosas hay consecuencias deportivas es negativo. Y lo contrario: hacer bien las cosas sin tener el mérito de poder ascender, era frustrante. Abrir esa posibilidad es una buena noticia para todo el futbol mexicano”.

García recordó que muchos jugadores que hoy brillan en la primera división o en el extranjero comenzaron en equipos de ascenso. Tal es el caso de Johan Vásquez, que debutó en Cimarrones antes de llegar a Europa. 

El ascenso es una vía competitiva para ganarse un espacio; todo lo que provocaría es positivo, no solo para los futbolistas, también para los entrenadores mexicanos que muchas veces no son valorados”, subrayó.

Más que un cambio, una necesidad

El regreso del sistema también impacta en el comportamiento de los dueños de clubes. En los últimos años, la falta de riesgo de descenso permitió que algunos dirigentes se enfocaran más en proyectos financieros que deportivos, generando un divorcio entre los intereses de la cancha y los de la oficina. 

La reinstalación del ascenso y descenso vuelve a alinear los incentivos: el éxito deportivo vuelve a ser la prioridad.

Un impulso para aficiones olvidadas

Estados enteros, con gran tradición futbolera, se habían quedado sin la posibilidad de tener futbol de primera. La reapertura del sistema no solo impulsa a jugadores y técnicos, sino que también devuelve esperanza a aficiones que han sostenido con fidelidad a sus equipos, pese a saber que no podían alcanzar la máxima categoría.

Mirando al 2026-27

Aunque todavía falta que la Asamblea de Dueños defina los criterios exactos de certificación —infraestructura, estabilidad financiera, transparencia—, lo cierto es que el horizonte ya está trazado. El futbol mexicano volverá a moverse bajo las reglas de la meritocracia, donde ganar y perder en la cancha volverá a tener consecuencias reales.

El ascenso y descenso no es solo un mecanismo administrativo, sino un respiro de competitividad, justicia deportiva y dignidad para jugadores, entrenadores y aficionados. 

A partir de 2026-27, la Liga MX volverá a sentir el pulso verdadero del futbol.

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