TejidoSocial.Mx | Internacional | 5 de julio 2025
Washington, D.C. – Con una publicación en su propia red social, Elon Musk anunció el nacimiento del “America Party”, un nuevo partido político con el que busca “devolver la libertad” a los estadounidenses.
Lo hizo el sábado 5 de julio de 2025, luego de lanzar una encuesta a sus seguidores en X (antes Twitter) en la que más del 65 % apoyó la idea. El anuncio ha causado revuelo en medios y redes, pero ha abierto también una pregunta más profunda: ¿es viable un nuevo partido nacional en el sistema político de Estados Unidos?
“¡Por un factor de 2 a 1, quieres un nuevo partido político y lo tendrás! Cuando se trata de llevar a nuestro país a la bancarrota con despilfarro y corrupción, vivimos en un sistema de partido único, no en una democracia. Hoy se forma el Partido América para devolverles su libertad.”, escribió Musk en su perfil, sin dar mayores detalles legales o logísticos sobre la creación del partido.
Este nuevo movimiento surge tras el distanciamiento del magnate con Donald Trump, a quien criticó abiertamente por aprobar un amplio paquete presupuestal llamado “One Big Beautiful Bill”, que según Musk, ha endeudado al país y debilitado el impulso a las energías limpias.
El empresario busca ahora posicionarse como una alternativa al bipartidismo, al que califica como “uniparty”, es decir, una clase política única disfrazada de dos polos.
¿Una amenaza real al sistema bipartidista?
Aunque el anuncio ha sido explosivo en redes sociales, los expertos en política estadounidense coinciden: fundar un nuevo partido político viable en Estados Unidos es legalmente posible, pero logísticamente casi imposible.
Cada estado tiene sus propios requisitos para permitir que un nuevo partido aparezca en las boletas electorales. Algunos exigen decenas de miles de firmas, otros haber obtenido cierto porcentaje de votos en elecciones anteriores.
Además, se requiere estructura nacional: oficinas, voluntarios, donantes, presencia en debates, alianzas con movimientos locales y más. Un simple anuncio en redes, por poderoso que sea, no basta para construir esa maquinaria.
La experiencia del Forward Party, fundado por Andrew Yang en 2021, es ilustrativa: con más organización, alianzas y una plataforma definida, no ha logrado un impacto electoral significativo ni romper el dominio de los dos grandes partidos.
¿Y el dinero y la fama de Musk?
Ahí radica la gran diferencia. Elon Musk no sólo es el hombre más rico del mundo, sino que también controla una de las principales plataformas de comunicación política: X. Tiene seguidores leales, influencia global y la capacidad de marcar agenda.
Sin embargo, los recursos no garantizan eficacia política. Musk carece de experiencia electoral, ha mostrado posturas contradictorias en distintos temas y su figura polariza tanto como seduce.
Mientras algunos lo ven como un libertario que defiende la innovación y la libertad, otros lo critican por centralizar el poder, relativizar la democracia interna y favorecer discursos extremos.
¿Qué impacto puede tener?
A corto plazo, el “America Party” podría dividir el voto conservador, en especial si Musk endurece sus críticas a Trump. También puede generar presión sobre los partidos tradicionales para abrirse a debates que hoy ignoran.
Es probable que, al menos por ahora, el impacto sea más mediático que electoral.
A largo plazo, todo dependerá de si Musk logra transformar su popularidad en una estructura política duradera, con liderazgos más allá de su figura, con propuestas concretas y con una estrategia legal real para competir en elecciones. De lo contrario, el “America Party” corre el riesgo de ser apenas otro capítulo más en la saga digital del magnate.
Una apuesta que pone a prueba la democracia
Más allá del personaje, este episodio vuelve a poner sobre la mesa los límites del sistema democrático estadounidense, que no ha facilitado la aparición de terceras fuerzas, pero que tampoco logra representar la pluralidad política de millones de ciudadanos.
Si Musk logra convertir su experimento digital en una fuerza política genuina, podría abrir una grieta en ese sistema. Pero si su proyecto se limita a ser un megáfono personal sin cauce institucional, el “America Party” quedará como una curiosidad más del poder del espectáculo en la era de las redes.