Ciudad de México, 19 de julio de 2025 — En un acto que muchos ven como una muestra de prepotencia comercial, el gobierno de Estados Unidos anunció medidas contra México que afectarían directamente los vuelos entre ambos países.
El Departamento de Transporte estadounidense advirtió que podría rechazar nuevas solicitudes de vuelos de aerolíneas mexicanas, además de quitar beneficios comerciales a la alianza entre Delta Air Lines y Aeroméxico.
¿Por qué está molesto Estados Unidos?
Estados Unidos se queja de que el gobierno mexicano, durante el sexenio pasado, hizo dos cosas que no le gustaron:
- Canceló algunos horarios de despegue y aterrizaje (slots) en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez (AICM) de la Ciudad de México.
- Obligó a las aerolíneas de carga a trasladarse al Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), con el fin de descongestionar el AICM.
Estas decisiones fueron tomadas por el Estado mexicano como parte de una reorganización del espacio aéreo nacional y para darle uso al nuevo aeropuerto construido por el gobierno de la Cuarta Transformación.
Sin embargo, Estados Unidos acusa a México de romper un acuerdo bilateral y de afectar a sus empresas. Por eso ahora amenaza con frenar vuelos, limitar operaciones y quitarle a Aeroméxico ciertos beneficios que comparte con la aerolínea Delta.
¿Qué hay detrás de esta presión?
Aunque Estados Unidos justifica sus acciones diciendo que busca “más competencia justa”, en realidad se trata de una presión económica y política. El mensaje que envían es claro: si México toma decisiones que no les gustan, responderán con castigos comerciales.
Este tipo de actitudes no son nuevas. A lo largo de la historia, Estados Unidos ha usado su poder económico para imponer condiciones a otros países. Hoy, el blanco es México y su intento de fortalecer su infraestructura propia, como el AIFA.
¿Quién pierde con esto?
- Las aerolíneas mexicanas, que podrían tener más restricciones para volar a Estados Unidos.
- Los viajeros, que tendrían menos vuelos y posiblemente pasajes más caros.
- El turismo y el comercio entre ambos países, que dependen de una conexión aérea constante.
- La soberanía mexicana, si aceptamos estas presiones como algo normal.
México no debe ceder
En medio de este conflicto, algunos grupos conservadores en México han aprovechado para atacar al gobierno actual. Quieren ver a México de rodillas para poder decir que la Cuarta Transformación fracasó. Pero lo cierto es que fortalecer nuestra infraestructura, tomar decisiones soberanas y defender nuestros intereses no es un error, sino un acto de dignidad nacional.
México no debe dar señales de debilidad. Tiene derecho a decidir qué hacer con sus aeropuertos, cómo organizar sus vuelos y cómo impulsar su desarrollo. No se trata de pelear con Estados Unidos, sino de exigir respeto mutuo y diálogo justo, no amenazas.
Estados Unidos está usando su poder para presionar a México por decisiones que tomó de forma soberana. Ante esta actitud, nuestro país debe mantenerse firme, sin ceder ante el chantaje comercial ni permitir que intereses conservadores internos utilicen la situación para atacar al gobierno actual. Hoy más que nunca, México necesita unidad, dignidad y claridad para defender lo que ha construido.