Ferrero compra WK Kellogg Co, pero plantas de Kellogg’s en México no se verán afectadas

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La operación millonaria se limita a Estados Unidos, Canadá y el Caribe; en México, las plantas seguirán bajo la administración de Kellanova, con operaciones estables y proyectos de expansión en marcha.

La reciente venta de WK Kellogg Co, la división de cereales de desayuno de la icónica marca Kellogg’s, al grupo italiano Ferrero, generó una ola de especulaciones en diversos países. La transacción, valuada en 3,100 millones de dólares, representa un reordenamiento importante en el mercado de alimentos de Estados Unidos, pero no afectará de forma directa las operaciones de Kellogg’s en México, según confirmaron fuentes oficiales y autoridades estatales.

¿Qué se vendió exactamente?

El acuerdo entre Ferrero —conocido mundialmente por Nutella, Ferrero Rocher y Tic Tac— y WK Kellogg Co incluye la adquisición de todas las operaciones de cereales de la marca en Estados Unidos, Canadá y el Caribe. Esto abarca plantas, centros de distribución, estrategias de marketing y derechos de marcas como Zucaritas, Corn Flakes, Froot Loops y Special K, entre otras.

La venta es parte de una reestructuración que comenzó en 2023, cuando la antigua Kellogg Company se dividió en dos empresas independientes:

  • WK Kellogg Co, enfocada en cereales para el desayuno en América del Norte.
  • Kellanova, que conserva los negocios de botanas (como Pringles y Cheez-It) y los cereales en mercados internacionales, incluyendo Latinoamérica.

La transacción aún debe ser aprobada por reguladores, pero ya ha sido anunciada oficialmente por ambas partes.

México queda fuera de la operación

Aunque el nombre “Kellogg’s” está asociado en el imaginario colectivo a productos de consumo diario en muchas partes del mundo, la venta anunciada no incluye a las operaciones mexicanas ni a las del resto de América Latina. Las plantas de Kellogg’s en México no forman parte de WK Kellogg Co, sino que permanecen bajo control de Kellanova, la otra compañía nacida de la escisión corporativa.

De hecho, las plantas mexicanas continúan operando con normalidad, y no habrá despidos ni cambios en la producción relacionados con esta venta. Así lo aseguró el gobierno de Querétaro, donde se encuentra una de las instalaciones más emblemáticas de Kellogg’s, considerada incluso la planta de cereales más grande del mundo.

Además, se han anunciado proyectos de expansión en dicha planta, particularmente en la producción de Pringles, lo que refuerza la confianza de la empresa en México como centro de operaciones clave para América Latina.

El impacto se centra en Estados Unidos y Canadá

La venta sí tendrá repercusiones en algunos puntos de la red industrial de WK Kellogg en Estados Unidos y Canadá. Se ha anunciado el cierre de la planta de Omaha, Nebraska en 2026 y una reducción de operaciones en Memphis, Tennessee, lo que significará una pérdida de empleos local. No obstante, otras plantas como la de Battle Creek (Michigan), sede histórica de Kellogg’s, serán fortalecidas y fungirán como base para el nuevo negocio de cereales bajo control de Ferrero.

En ese sentido, la compra se interpreta como una apuesta de Ferrero por diversificar su presencia en el mercado alimentario de Norteamérica, ahora incursionando también en los productos de desayuno.

¿Y qué pasará con los cereales que consumimos en México?

Para los consumidores mexicanos, los cereales seguirán siendo producidos por las plantas nacionales y distribuidos bajo las mismas marcas y estándares. A pesar del cambio de propietario en Estados Unidos, la continuidad de la marca Kellogg’s en México está asegurada al pertenecer a la estructura internacional de Kellanova.

Es posible que en el futuro haya acuerdos comerciales o de licencia entre Kellanova y Ferrero para la distribución de ciertas marcas en regiones compartidas, pero eso no implicará traslados de plantas ni despidos en territorio mexicano.

Una buena noticia para las comunidades locales

En tiempos en los que las decisiones de las grandes multinacionales afectan de manera profunda a comunidades locales, la confirmación de que México queda fuera de esta transacción y de que las inversiones continúan en nuestro país, representa una buena noticia para el empleo y el tejido económico regional.

Querétaro, Monterrey y Toluca —ciudades que albergan instalaciones de Kellogg’s— pueden estar tranquilas, al menos en lo que respecta a este cambio corporativo. Por ahora, la historia de los cereales Kellogg’s en México sigue su curso sin alteraciones, y con perspectivas de crecimiento.

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