México: diverso en cultura y clima, pero también en bienestar

México es un país de contrastes que enriquecen: desde las montañas frescas de Chihuahua hasta las playas cálidas de Quintana Roo; desde la herencia zapoteca en Oaxaca hasta la cosmovisión yaqui en Sonora; desde las urbes de ritmo vertiginoso como Monterrey hasta las ciudades con vida pausada como La Paz. 

Somos un mosaico multicultural, multiclimático y con estilos de vida diversos.

Sin embargo, esa diversidad no debería traducirse en desigualdad de oportunidades. El acceso a salud, educación, vivienda y servicios básicos debe ser un piso común para todos los mexicanos, vivan donde vivan.

Las ciudades que avanzan

El Índice de Competitividad Urbana 2024 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) muestra que hay lugares que están dando pasos firmes hacia ese ideal.

En las ciudades grandes (más de un millón de habitantes) sobresale Saltillo, con baja incidencia delictiva, buena percepción de seguridad y dinamismo económico. También destacan Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.

En urbes medianas, Hermosillo, La Paz y Los Cabos se posicionan alto por su crecimiento económico y cobertura de servicios. 

Entre las más pequeñas, Guaymas sorprende por su avance en educación y la reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres.

Estos casos muestran que mejorar el bienestar no depende solo del tamaño o ubicación de la población, sino de políticas públicas efectivas: inversión en seguridad, empleo formal, infraestructura y educación.

Donde los retos persisten

Existen regiones donde el bienestar enfrenta más obstáculos, como municipios de Oaxaca, Chiapas y Guerrero, donde la pobreza y la carencia de servicios básicos son más pronunciadas. Se trata de regiones que por décadas los gobiernos neoliberales de derecha mantuvieron en el olvido, por lo que hoy más que nunca requieren apoyos focalizados y sostenidos.

En el mapa urbano, algunas ciudades enfrentan rezagos en seguridad —como Tijuana, Cancún o Cuernavaca— lo que frena otros avances. Aquí el desafío es doble: garantizar la integridad de las personas y mantener el dinamismo económico.

Lo que funciona para elevar el bienestar

Los datos del IMCO y el INEGI muestran que las ciudades que más crecen en bienestar suelen aplicar estrategias claras:

  • Seguridad y justicia cercanas a la ciudadanía, con policías capacitados y datos abiertos para focalizar la prevención.
  • Empleo formal y diversificación productiva, atrayendo inversiones y vinculando empresas con universidades.
  • Agua y servicios urbanos confiables, con mantenimiento constante y planeación metropolitana.
  • Coordinación entre municipios vecinos para movilidad, vivienda y seguridad.
  • Igualdad de oportunidades en educación, salud y acceso a programas sociales.
  • Espacios públicos de calidad y movilidad segura, que mejoran la convivencia y la salud.

Un país distinto, pero sin desigualdades

Nuestro objetivo como nación debe ser claro: que la riqueza cultural y la diversidad climática se mantengan como fortalezas, pero que las diferencias en calidad de vida se reduzcan hasta desaparecer. No se trata de que todas las ciudades sean iguales, sino de que todas ofrezcan los mismos derechos y oportunidades esenciales.

En un México así, la identidad local seguiría viva —con su música, sus acentos, su gastronomía y su paisaje— pero nadie tendría que migrar por falta de servicios médicos, escuelas dignas o empleos con seguridad social.

Un país diverso, sí. Pero unido por un mismo estándar de bienestar.

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