Más de 25 muertos, incluidos niños y mujeres, tras ataque a refugio escolar. La comunidad internacional condena, pero la masacre continúa.
3 de julio de 2025
En Gaza no hay tregua, ni refugio, ni esperanza segura. La madrugada de este jueves, un nuevo ataque aéreo israelí destruyó una escuela en la que se refugiaban familias desplazadas, dejando al menos 25 personas muertas —entre ellas mujeres y niños—, según confirmó la Defensa Civil de Gaza.
La escuela, que funcionaba como albergue improvisado desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, fue alcanzada por misiles que redujeron el edificio a escombros. Testigos relataron escenas de horror: gritos, cuerpos calcinados, niños desorientados entre los restos. “No hay vida aquí, sólo muerte”, dijo un voluntario humanitario citado por The Jordan Times.
Este ataque es uno más de una cadena sistemática de bombardeos a infraestructuras civiles en Gaza. Tan solo en las últimas 24 horas, el Ministerio de Salud palestino reportó 118 muertos y más de 580 heridos, muchos de ellos mientras esperaban ayuda humanitaria. Centros de distribución de alimentos, hospitales y otros refugios han sido blanco de ataques, según reportó Al Jazeera.
Las imágenes transmitidas por medios internacionales como CNN y The Guardian muestran la dimensión del desastre: escuelas colapsadas, hospitales saturados, miles de personas durmiendo a la intemperie. Más del 80 % de la población de Khan Younis ha sido forzada a desplazarse por segunda o tercera vez. La emergencia humanitaria es total.
Las Naciones Unidas han vuelto a denunciar lo que describen como una “campaña genocida” por parte de Israel. La experta independiente Francesca Albanese pidió a la comunidad internacional cortar relaciones comerciales con el gobierno israelí y establecer un embargo inmediato de armas. “La destrucción deliberada de refugios civiles no puede justificarse bajo ningún pretexto”, afirmó en Ginebra.
Israel, por su parte, sostiene que sus ataques van dirigidos a presuntos militantes de Hamás escondidos en zonas civiles. Pero la acumulación de víctimas inocentes y el patrón constante de ataques a escuelas y hospitales contradicen esa narrativa. Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han pedido investigaciones independientes por posibles crímenes de guerra.
Desde que comenzó la guerra, más de 200 instalaciones escolares han sido atacadas. Muchas de ellas eran administradas por la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que ha documentado múltiples bombardeos incluso después de que Israel había sido notificado de su función como refugio.
La barbarie continúa y la comunidad internacional parece incapaz de detenerla. Mientras tanto, en Gaza, una madre llora entre los escombros de una escuela: “Vinimos aquí para estar a salvo. Aquí murieron mis hijos”.
