Donald Trump volvió a encender la polémica al amenazar con desplegar tropas federales en Baltimore, Maryland, bajo el argumento de combatir el crimen y la inmigración.
El presidente estadounidense insistió en que ciudades “fuera de control” deben ser intervenidas, a pesar de que el gobernador demócrata Wes Moore recordó que los homicidios en el estado han disminuido más de 20 % desde que asumió el cargo.
La amenaza confirma dos rasgos que se repiten en su estilo político: el trato irrespetuoso hacia los gobernadores de su propio país y la peligrosa equiparación de la inmigración con la delincuencia, una narrativa que estigmatiza a los migrantes y alimenta discursos de miedo.
Cabe destacar que la intervención y la prepotencia parecen ser una característica de la relación de Donald Trump con quienes debería tener un trato respetuoso es decir con los miembros de la federación estadounidense y con los jefes de Estado de otras naciones.