¿Y las tienditas qué? La Ley Silla entra en vigor, pero los pequeños comercios enfrentan dudas y desafíos

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La llamada “Ley Silla”, que prohíbe a los empleadores obligar a sus trabajadores a permanecer de pie durante toda la jornada laboral, ha entrado en vigor en México. Aunque las empresas cuentan con un plazo de 180 días para adaptar sus reglamentos internos y condiciones de trabajo, la medida ha generado inquietud en uno de los sectores más frágiles de la economía nacional: el pequeño comercio.

Tienditas, misceláneas, abarrotes, farmacias locales y otros negocios familiares —donde los propietarios y empleados suelen trabajar largas horas sin pausas definidas— se preguntan cómo cumplir con una legislación que, aunque justa, podría implicar costos que no están en condiciones de asumir fácilmente.

Lo que establece la Ley

Publicada el 19 de diciembre de 2024 y ya en vigor desde este martes, la reforma a la Ley Federal del Trabajo estipula que los patrones deben garantizar a sus trabajadores asientos adecuados con respaldo, tanto para la realización de funciones laborales como para descansos periódicos durante la jornada. Esto aplica en sectores como el comercio y los servicios, excepto en actividades que por razones de seguridad no lo permitan.

Además, en un plazo de 30 días, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) deberá emitir las normas oficiales que detallarán los criterios para su aplicación e inspección. Se prevén más de 43 mil revisiones laborales en lo que resta del año, incluyendo la supervisión del cumplimiento de esta ley.

Multas que preocupan

En caso de incumplimiento, las sanciones no son menores. Las empresas podrían recibir multas de entre 28 mil y 282 mil pesos, e incluso enfrentar la suspensión de actividades si reinciden. Aunque el enfoque apunta principalmente a grandes cadenas y empresas formales, los pequeños negocios también están legalmente obligados a cumplir.

Preocupación en el pequeño comercio

El problema es que muchas tienditas carecen de personal suficiente, espacio físico o recursos para implementar adecuaciones sin sacrificar productividad o ingreso. ¿Qué pasa si el dueño o su único empleado trabaja solo y debe estar atento a los clientes durante toda la jornada? ¿Cómo se aplicará la ley sin ahogar a los más vulnerables del ecosistema comercial?

Daniel Jiménez González, del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), reconoce que la medida responde a un reclamo legítimo de derechos laborales. Sin embargo, también señala que se requerirá acompañamiento institucional, créditos accesibles y una campaña pedagógica para que los pequeños negocios puedan cumplir sin ser castigados de forma desproporcionada.

¿Quién cuida a quienes nos cuidan?

Una encuesta de OccMundial revela que 45 por ciento de los trabajadores que laboran de pie no recibe ningún tipo de apoyo para mitigar el cansancio. La Ley Silla busca revertir décadas de omisión institucional sobre las condiciones físicas de trabajo. Pero sin políticas diferenciadas que consideren la realidad de los pequeños empleadores, existe el riesgo de que la buena intención se convierta en una nueva carga injusta.

Mientras se definen los detalles normativos, la STPS y los gobiernos locales tienen en sus manos una oportunidad: convertir esta reforma en un verdadero paso hacia la dignidad laboral, sin que ello signifique asfixiar a quienes, con esfuerzo diario, mantienen viva la economía barrial.

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